Su proyecto pretende facilitar el trabajo de la comunidad médica: “Los profesionales de la salud y los técnicos radiólogos están acostumbrados a ver los TACs en su forma más primigenia y reconstruir la forma 3D en su cabeza, pero cada paciente tiene sus particularidades y las técnicas de reconstrucción tridimensional les ayudan a cambiar el punto de vista y apreciar mejor las distancias entre diferentes estructuras”, afirma el investigador.

Por estos motivos, las técnicas de visualización en tres dimensiones ya tienen buena acogida en la comunidad médica. Sin embargo, los sistemas disponibles hasta ahora funcionan de manera muy lenta ya que procesan cada fotograma individualmente y montan el vídeo después, por lo que no son interactivos. Iglesias Guitián, que también ha trabajado en Disney Research y la Universitat Autònoma de Barcelona, se planteó en su proyecto Leonardo desarrollar un nuevo sistema que permitiera ver las imágenes en 3D en tiempo real, y además modificar la iluminación o la transparencia de los materiales de forma interactiva.

Combinando técnicas de inteligencia artificial con nuevos métodos estadísticos desarrollados por el propio equipo del investigador, inventaron, primero, un programa informático que permitía visualizar imágenes médicas y rotarlas en tiempo real pero proyectándolas en una pantalla convencional, de dos dimensiones. “El siguiente reto era llevarlo a la realidad virtual, para que las imágenes se pudieran ver en tres dimensiones con visión estereoscópica moviendo la cabeza de forma natural. Era algo que demandaban, por ejemplo, los cirujanos para estudiar desde dónde abordar las cirugías y planificar lo más posible para reducir el tiempo en el quirófano y también el estrés”, explica el investigador.

Este es, precisamente, el resultado que presentan en el congreso de Orlando: un sistema de realidad virtual que permite visualizar imágenes médicas de manera muy realista y natural, con solo girar la cabeza para cambiar el ángulo de visión y a una resolución puntera de 2K por cada ojo. Aunque, por ahora, se trata de una técnica experimental, Iglesias Guitián espera que pronto encuentre aplicación real en los hospitales.

El investigador confía en que los beneficios del nuevo sistema se extiendan más allá de la comunidad médica: “Poder ver estas imágenes de manera realista facilita la comunicación con los pacientes, o los familiares de pacientes pediátricos. Tú quieres saber qué le van a hacer a tu hijo, qué se va a poner en riesgo y exactamente por qué tienen que hacerlo así”, apunta. Incluso, añade, “puede ser una forma de acercar la medicina y hacerla más atractiva al público general”.