‘Los ojos de los árboles’, un viaje poético por la historia que da voz a las plantas
Los ojos de los árboles es una obra en la que confluyen el proyecto poético y el objeto artístico; el libro de cantares, el herbario literario y el álbum ilustrado; y los hitos de un apasionante viaje de investigación botánica, literaria e histórica emprendido por María do Cebreiro para que los árboles y otras especies vegetales adquieran mirada y voz, pues son testigos vivos y privilegiados de la historia humana. Este proyecto Leonardo se presentó el 16 de noviembre en Santiago de Compostela
28 noviembre, 2024
Contemplar la diversidad vegetal como un ecosistema del que la poesía forma parte no es una experiencia nueva para María do Cebreiro, quien entre 2018 y 2022 codirigió el proyecto “Rosalía de Castro, memoria y afecto”, una de cuyas líneas de investigación, relata, “consistió en realizar un vaciado léxico de la obra poética, narrativa y ensayística de Rosalía para componer el denominado Herbario de Rosalía. Confeccionado por María López Sández y María Isabel Fraga, que había sido directora del Museo de Historia Natural de Santiago, se tradujo en una exposición en el Real Jardín Botánico de Madrid en 2022, que posteriormente se ha mostrado en otras ciudades de España”.
El éxito de ese proyecto de investigación académica —Do Cebreiro es profesora titular de Teoría de la literatura y literatura comparada en la Universidad de Santiago de Compostela— animó a la también autora de once libros de poemas a solicitar una Beca Leonardo en Creación Literaria para, en cierto modo, “dar la vuelta a la idea subyacente en el Herbario de Rosalía, pues hemos pasado de representar cuál sería el herbario de la poetisa a imaginar cómo los árboles miran a los humanos, vinculando naturaleza e historia. Durante unos años viví en Madrid y como mi primera hija era muy pequeña empecé a frecuentar zonas verdes emblemáticas. Durante esos paseos me volví más consciente de que esos lugares fueron testigos de acontecimientos que nosotros solo recordamos por la historia, mientras que muchos de los árboles estaban ya allí cuando ocurrieron. Y así surgió la idea de emprender una investigación con tres ejes —la botánica, la histórica y la literaria— conducentes a hacer hablar a los árboles en tres espacios y tres episodios históricos: la fundación de la Casa de Campo en 1561 por parte de Felipe II, y en particular el encargo al capellán Gregorio de los Ríos —autor del primer tratado de jardinería escrito en español— de crear un jardín en el antiguo plantío medicinal; el Parque del Retiro y su democratización como resultado de la revolución Gloriosa de 1868, cuando pasa de recinto de recreo y retiro real a ser de la ciudadanía; y la Quinta del Sordo, que Goya adquiere en 1819, en cuyas paredes plasma las Pinturas negras -que fueron pinturas murales antes de ser trasladadas a lienzo- y donde vive hasta marchar al exilio a Burdeos. Esos son los acontecimientos sobre los que se vierte la perspectiva y la voz de los árboles a través de los tres cantares en los que se articula el libro”.
Un contrapunto entre la voz de la naturaleza y la del hombre
Construir un repositorio de memoria botánica e imaginar una mirada no humana conduce casi inevitablemente a un proceso de experimentación literaria cuyo principal reto era “dar la mayor fluidez y naturalidad, la impresión más vívida posible al lenguaje de los árboles”, confiesa. El desafío se acrecentaba porque Do Cebreiro —cuya obra ha sido traducida al alemán, español, húngaro, italiano, inglés o ruso— siempre ha escrito poesía en gallego. Esta es, pues, su primera incursión “en la poesía en castellano, lengua que he usado en investigación académica en literatura, pero nunca en la dimensión poética de mi trayectoria. Quienes me abrieron una solución creativa en este reto fueron dos escritores bilingües en gallego y en castellano: Álvaro Cunqueiro y Rosalía de Castro”.
Tal y como explica la autora, “Rosalía es una de las primeras poetas europeas que se empeña en dar voz a la naturaleza y lo hace en un libro escrito en lengua española, En las orillas del Sar. En esta obra retrata la naturaleza como una fuerza viviente, que siente y que habla en sus propios términos, no en términos humanos. Evidentemente no acometo una recreación de la voz de Rosalía, pero sí es un modelo que me inspiró. En Herba aquí o acolá (traducido como Hierba aquí o allá), Cunqueiro me dio muchas pistas para otro género de poesía —el monólogo dramático— que utilizo en las pocas veces en las que, en el poemario, hablan los seres humanos. Este género lo usan también Elliott y otros autores, pero Cunqueiro lo llevó a su más alta expresión en la tradición poética peninsular. De esta manera, establezco un contrapunto entre la voz de los árboles y la de los tres personajes históricos —uno por cada cantar— que aparecen: Goya, Felipe II y Rosalía de Castro, quienes adoptan el monólogo dramático”.
Este recurso narrativo, añade, “crea un contraste entre voz humana y voz no humana. Porque en el libro hablan los cipreses, los fresnos, los castaños, un laurel o árboles singulares como el ahuehuete del Retiro, uno de los más antiguos de ese espacio…; pero al final de cada cantar habla una voz humana en primera persona que es una voz histórica, de modo que las tres dimensiones —literaria, histórica y botánica— aparecen trenzadas a lo largo de la obra”.
Con todo, el lenguaje poético no excluye por completo la prosa. “Como, frente a otros textos de poesía, este avanza siempre a medio camino entre lo histórico y lo literario, decidí incluir unos intertextos al principio de cada cantar que sacan partido a la investigación histórica que hay detrás del volumen y que hila las tres partes. En estos pórticos se narra en prosa el contexto espaciotemporal en el que transcurre cada cantar”.
Libro de poemas, herbario, objeto artístico
El poemario se integra en un libro de arte, formado también por imágenes de carácter botánico (láminas ilustrativas de las distintas especies) e histórico (retratos de época, imágenes de los acontecimientos referidos…). Con una tirada no venal de mil ejemplares, el carácter artístico se acentuará aún más en 150 de ellos, pues en portada llevarán un motivo vegetal prensado y entelado en tul, un proceso que se lleva a cabo a mano. “Las plantas y hojas de los árboles han sido recogidas en los tres emplazamientos en los que sucede el libro y sometidos a un tratamiento de preservación en glicerina. Cada uno de estos 150 ejemplares se convierte así en un producto artesanal y artístico único, pues el motivo vegetal será distinto en cada uno. Además, en la presentación del 16 de noviembre, que consistió en un Paseo por la Naturaleza que desembocó en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Santiago de Compostela, los artistas Cristina Lucas y Fernando Sánchez Castillo ilustraron con un olivo y un granado (especies que aparecen en los cantares) sendos ejemplares, que se donarán al museo”.
La autora destaca que la Beca Leonardo no solo ha hecho posible el proceso de investigación botánica, histórica y literaria, que —junto a la composición poética, la exploración y selección de las imágenes de archivo y la recogida y preservación de elementos naturales— el volumen requería, sino que “nos ha dado el control sobre el proceso editorial, que es un lujo para los escritores, que normalmente solo tienen el control de sus propias palabras. En este caso he podido actuar de directora editorial y, con la participación de Xose Carlos Hidalgo —que tiene una visión completamente artística del diseño gráfico— y el Laboratorio de Producción Cultural NUMAX, la Beca Leonardo nos ha abierto la puerta a preparar la edición literaria con mucho mimo y completarla con un extraordinario cuidado de los materiales”.
María do Cebreiro está convencida de que Los ojos de los árboles transmitirá a los lectores “cosas que hoy son un lujo: el gusto, la impresión vívida del cuidado y del tiempo invertidos en el libro, la necesidad vital de hacer paréntesis y la posibilidad de crear comunidades afectivas y de escucha que tanto propicia la poesía”.