“España es prácticamente una isla, pues península significa etimológicamente precisamente eso: casi isla; con una superficie marina de casi un millón de kilómetros cuadrados, más de diez mil kilómetros de costa -una realidad fractal de dimensiones variables, según los cambios que provocan la meteorología, la erosión, la construcción de un puerto o de un espigón…- y el 40% de su población viviendo en zonas marítimas”, hace notar Noemí Sabugal, becaria Leonardo en Creación Literaria.

Así que para esta periodista que ya había escrito Hijos del carbón —un ensayo crónica en el que narraba el fin de la explotación de este combustible fósil— fue casi inevitable emprender “una navegación movida por la curiosidad, porque el mar es nuestro país”. Para ello solicitó una Beca Leonardo, pues quería construir un proyecto basado en tres pilares: “la escucha de los protagonistas, los viajes y un proceso de documentación previa tan exhaustivo como fuera posible para aprovechar al máximo esos desplazamientos”. ¿El objetivo? Elaborar un libro donde periodismo, investigación, viajes y literatura se dan la mano: “el texto final es una crónica, como lo llamarían maestros latinoamericanos actuales como Leila Guerriero o Martín Caparrós”.

Fruto de tres años de trabajo, el título de Laberinto mar evoca esa multitud de dimensiones que aletean en el medio marino y que el libro aborda: “El mar es el trabajo de la pesca, pero también superpuertos como el de Algeciras, donde entran cada día miles de productos. El mar es, por supuesto, turismo, un sector económico fundamental que acarrea, sin embargo, aspectos como la legolización de la costa, la hiperconstrucción al modo de cubitos de Lego…”. No falta la mirada sobre las migraciones: “El mar ha sido el camino de salida para los migrantes españoles en la primera mitad del siglo XX, fundamentalmente hacia los países latinoamericanos. Ahora somos un país de acogida y, además, la puerta a Europa, lo que convierte al mar en un camino de entrada trágico, por lo que he hablado con organizaciones como Cruz Roja u Open Arms…”.

Un enfermo llamado ‘mar’

Sabugal se atreve con temas menos usuales, como la salud de los océanos: “La escucha de los científicos es fundamental en el libro, porque son ellos los que constatan que las olas de calor marinas son cada vez más frecuentes y cómo están afectando a los corales, especialmente en el Mediterráneo; los que nos están explicando qué le ocurre al Mar Menor, la situación de los microplásticos y los plásticos en los mares… Quería ponerles en primera línea para que nos acerquen el cambio climático y qué podemos hacer con la subida del nivel del mar, entre otros aspectos”. Y, en consonancia, dedica un capítulo al Mar de las Calmas, el que podría convertirse en el primer parque nacional marino del país.

El dato y el apunte reflexivo se entrecruzan con el relato y la fascinación: “Algo tiene el mar que ayuda a curar las heridas. Nos sumergimos en él y se produce una suspensión del pensamiento. Las preocupaciones parecen menores, más remotas. Hay un alejamiento físico mayor que el de la distancia”, se lee en el arranque de Laberinto mar. Como explica la autora, “el libro está escrito desde una mirada personal. Es un texto, además, muy literario: no rehúye el lenguaje sensorial para describir los peces que encuentras al bucear o un puerto en plena ebullición por la noche, que parece casi una pintura”.

El mar impresiona y más aún lo hacen sus historias, entre las que Sabugal destaca el caso del Villa de Pitanxo, el barco arrastrero español que en febrero de 2022 se hundió frente a la costa de Terranova, en Canadá. “Sólo hubo tres supervivientes: el patrón y su sobrino, y un tercer marinero, de Ghana. Los otros veintiún tripulantes murieron. Doce están desaparecidos. Impacta mucho el caso de las familias que no han podido enterrar a sus seres queridos: ¿cómo se entierra una ausencia?”.

La Beca Leonardo, señala la escritora, “ha enviado vientos favorables a esta barca de papel que es el libro y que ha requerido muchos viajes, mucho tiempo y mucho orden para pensar los temas y qué aspectos podían ser más relevantes o ilustrativos en cada uno de ellos. Al fin y al cabo, el mar es algo infinito y que nunca comprenderemos del todo… Por eso, Laberinto mar es un acercamiento, una voz entre otras voces, que permite conocer las costas: sus bellezas, sus dificultades… y sus horrores, que también los hay”.