Lluís Capdevila al piano

El nuevo disco es el resultado de una Beca Leonardo

‘Mompou Revisited: Intimate Impressions’: Lluís Capdevila convierte la primera obra de Mompou en estándares de ‘jazz’

Carlos Gil

En 1987 fallecía en Barcelona el compositor y pianista Frederic Mompou. Lluís Capdevila tenía entonces seis años y estaba comenzando los estudios que le llevarían a ser pianista de jazz y compositor. Hoy sus caminos se unen en un disco en el que Capdevila convierte en piano trío la primera obra publicada por Mompou: Impresiones íntimas.

9 julio, 2024

Perfil

Lluís Capdevila

Los caminos de Mompou y Capdevila parecen cruzarse de la manera más inopinada. Ambos marcharon fuera de España para formarse como músicos: Mompou fue a París en 1911 para estudiar piano con Isidor Philipp y Ferdinand Motte Lacroix y armonía con Marcel Samuel Rousseau; en 2007 Capdevila puso rumbo a Nueva York —con la ayuda de una beca Fulbright del Ministerio de Cultura de España— para encauzar su interés por el piano (“la pasión más fuerte que he tenido nunca”, precisa) a través del Máster en interpretación y composición de Jazz y Música Moderna de la Aaron Copland School of Music y del doctorado en Artes Musicales en la Universidad Stony Brook.

A su vuelta de París, en 1914, Mompou publicó su primera obra, Impresiones íntimas, una colección de seis temas en nueve piezas: ‘Planys’, que se divide en cuatro movimientos breves, ‘Pájaro triste’, ‘La barca’, ‘Cuna’, ‘Secreto’ y ‘Gitano’. Esas melodías acompañaron de manera singular a Capdevila en Nueva York: “Vivía en el tranquilo barrio neoyorquino de Queens y las escuchaba a diario en mi trayecto andando a la escuela. Era una música me hacía sentir como en casa, a pesar de estar a miles de kilómetros. También escuchaba a Pau Casals (de hecho, leí su libro de conversaciones en inglés sacado de la biblioteca de la universidad) y a Victoria de los Ángeles en su álbum Traditional Catalan Songs a dueto con el pianista Geoffrey Parsons. Sin embargo, con Mompou noté que el vínculo trascendía nuestro origen común y que conectaba con lo más esencial: su concepto musical”. De hecho, el creador asegura compartir con Mompou “el mismo concepto compositivo, en el sentido de que la música se crea desde la experiencia sonora de estar sentado al piano —componer tocando el piano— e intentando reflejar experiencias vividas”.

“Mompou en estado puro”

Solo más tarde descubriría que “esta había sido la primera obra que publicó, lo cual me interesó aún más porque pensé que en Impresiones íntimas se encontraba Mompou en estado puro, el creador de 16 o 18 años que recurre a su oído intuitivo para componer en la adolescencia, esa etapa de la vida en la que percibimos con más intensidad las emociones”. Capdevila detalla que Mompou «comenzó a escribir los ‘Planys’ —quizá la parte más pura de la obra— tras presenciar un concierto de Gabriel Fauré en Barcelona, un acontecimiento que le despertó el deseo de ser compositor. Sin acudir a ningún maestro que le ayudara, escribió esa música intentando crear desde el piano, una constante que se mantendría a lo largo de su vida. De esta manera escribió, sin modificar jamás su contenido, ese cuaderno de Impresiones Íntimas que finalizó en 1914. Fue una decisión consciente hacerlo sin haber cursado estudios de armonía, contrapunto, etc. Él mismo afirma que “cuando se despertó en mí la vocación musical, no tuve la menor idea de acudir a maestros para que me guiaran, y así estuve dos años esbozando cosas”. Las Impresiones íntimas se escribieron así en Barcelona, aunque alguna de ellas puede que se escribiera en la Garriga o en París. En relación con el cuaderno, Mompou afirma que “solamente quise expresar unas impresiones íntimas de la manera más sencilla”».

Tras este primer encuentro, Capdevila se vuelca en su máster y el doctorado, años en los que colabora, en Nueva York, con músicos consolidados y talentos emergentes en distintos escenarios. Esta etapa de crecimiento como intérprete y compositor culminaría en 2016 con Diáspora, su álbum debut. En él presenta composiciones originales inspiradas en sus experiencias neoyorquinas y en la dispersión de su generación, en la que muchos —tras la crisis de 2008— marcharon a otro país en busca de oportunidades laborales. No es casualidad que en Diáspora se le unan por primera vez el bajista griego Petros Klampanis y el batería italiano Luca Santaniello, en una producción de piano trío que generó no solo excelentes críticas sino más de cincuenta conciertos. Luego vendrían Daybreak Explorations (2018) y Cinematic Radio (2019), con la colaboración estelar del trompetista Tom Harrell en ‘Changing’, tema original de Capdevila. Con Ètim (2020) Capdevila regresó a la cooperativa agrícola de su Falset (Tarragona) natal para realizar un proceso compositivo en paralelo a la crianza de un vino durante nueve meses. En Social (2021), el artista reúne de nuevo a su trío neoyorquino en un programa que combina composiciones originales y arreglos de los estándares clásicos del jazz, con la participación del saxofonista Joe Lovano en el tema original ‘East Broadway’. En 2023 publicó Lament, un álbum fruto de su residencia de creación artística en el Auditorio Enric Granados de Lleida.

De la melodía original a la improvisación jazzística

Entre estos dos últimos discos, se presentó a las Becas Leonardo de Investigación Científica y Creación Cultural para emprender un proyecto largamente acariciado: orquestar las Impresiones íntimas de Mompou para trío de piano de jazz moderno, adaptando su música a métricas y ritmos diferentes. “No se trataba solo de revisar, sino de crear, incorporando improvisaciones de piano, introducciones e ideas adicionales que desarrollaran las nociones compositivas de Mompou”, explica el hoy director del Máster Universitario en Jazz y Música Moderna de la Universidad Internacional de la Rioja. “Desde el principio, la idea fue que la música resultante preservara las melodías minimalistas de Mompou y su concepto en cada composición, pero sumando ritmos de la música moderna del siglo XX, improvisaciones, introducciones, interludios y finales originales”.

Al orquestar una obra originalmente escrita para piano solo en un contexto en el que intervienen batería y contrabajo “se ha ganado en contenido rítmico, es decir se escucha un groove diferenciado para cada una de las nueve piezas. En jazz, el groove es el caminar rítmico de cada tema y la adición de una batería a una música tan minimalista no solo enriquece las composiciones, sino que las impulsa hacia una dirección más cercana a otros públicos”.

Para Capdevila este proyecto encaja de manera natural en su trayectoria por varias razones. En primer lugar, porque tras la conexión profunda surgida en Nueva York, “llevaba quince años oyendo regularmente Impresiones íntimas, de manera que, al tener la música en el subconsciente, mi oído me llevaba a tocarlas de la manera que me gustaría escucharlas”. En segundo término, “las melodías de sus seis temas funcionan como estándares de jazz”. El artista detalla que “en jazz los estándares son temas que se popularizan y a partir de los cuales los músicos improvisan para desarrollar nuevas composiciones. La mayoría de los estándares proceden de Broadway o de películas, pero también hay algunos creados por músicos que lograron situarlos como referencia: por ejemplo, Una noche en Tunisia, de Dizzy Gillespie, o Take the A Train o Caravan, de Duke Ellington. Los estándares responden a esa idea, tan propia del género, de tocar algo conocido y a partir de eso desarrollar una improvisación propia, que no deja de ser componer en tiempo real”. En la obra de Mompou, “si espigas las repeticiones para llegar a la esencia, lo que te quedan son canciones. Por este motivo, era un material estupendo para tratarlo como si fueran estándares, improvisando a partir de ellas. Primero hice anotaciones en solitario, luego empecé a grabar en mi estudio digital todos los instrumentos y en la etapa final dedicamos un día al ensayo y tres a la grabación. La música fue cogiendo forma y los tres músicos conectamos con esas composiciones, consiguiendo el mejor álbum a trío que he grabado hasta el momento”.

La relación entre Capdevila y Mompou encuentra un punto de conexión adicional no solo en la música, sino en algo tan visual y envolvente como el paisaje. “Nací y me crié en la comarca del Priorat. A 25 kilómetros de Falset, mi localidad natal, se encuentra Ginestar, el pueblo del abuelo paterno de Mompou. Allí fue ocasionalmente de adolescente y estuvo en el balneario de Cardó. De hecho, dos de las composiciones que integran Impresiones íntimas están inspiradas en o dedicadas a amistades de balneario: Celia Suñol, en el caso de ‘Pájaro triste’, y Antonia Vilaseca en el de ‘La barca’. El vídeo que lanzaremos sobre ‘Pájaro triste’ mezcla secuencias de la grabación en estudio con imágenes del hoy abandonado balneario, un lugar extraordinariamente evocador que casa perfectamente con la melodía del tema”.

Para el público menos familiarizado con la obra de Mompou, Capdevila ha dejado en el volumen una muestra de cómo ha sido el proceso creativo de este proyecto Leonardo: “La décima pista, titulada ‘Adéu’ —el título provisional que Mompou puso a esa pieza— es el primer movimiento de ‘Planys’ interpretada por mí según la partitura de Mompou. De esta forma, si se escucha esta pista y luego se pasa a la primera, se escucha la obra original y, a continuación, su recreación en piano trío de jazz”.