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La obra, fruto de una Beca Leonardo, se desarrolla en el contexto de una familia sefardí

Lucía Carballal estrenará en el Centro Dramático Nacional ‘Los nuestros’, un drama sobre la familia y el sentido de pertenencia

FUNDACIÓN BBVA

La muerte de la abuela reúne a los miembros dispersos de una familia sefardí para convivir estrechamente durante siete días y cumplir así con el Abelut, el duelo judío. Este es el punto de partida de Los nuestros, una pieza, fruto de una Beca Leonardo, en la que Lucía Carballal invita a reflexionar sobre “si la familia puede funcionar todavía como un refugio ante las incertidumbres que plantean los retos del futuro”.

26 septiembre, 2024

Perfil

Lucía Carballal

La idea primigenia de Los nuestros se gesta en la confluencia creativa de dos fuerzas: “Por un lado, me preguntaba de qué manera se podría hablar de nuevo sobre la familia —un tema no por recurrente menos importante— y en particular sobre el sentido de pertenencia, una idea clave en este momento histórico en el que sentimos la necesidad cada vez mayor de rodearnos de personas afines y la dificultad para comprender puntos de vista distintos. Por otro, me movía la curiosidad por la historia de la familia de mi mujer, judíos sefardíes de origen marroquí que regresaron a España durante los años 50 y 60 del siglo pasado”.

Para poner en marcha el relato, la autora recurre a lo que denomina “una premisa clásica: el regreso al hogar madrileño del protagonista, Pablo, que lleva años viviendo en Londres, y acude con su prometida, Marina, al ritual sefardí de duelo por la abuela Dinorah, la última testigo del pasado de la familia en Marruecos”. Ese proceso comporta que toda la familia  permanezca junta durante siete días, ajena al mundo, y es el contexto que, relata Carballal, “facilita la pregunta sobre la que se articula obra: si ese proyecto ilusionante de futuro que tienen Pablo y Marina podrá sobrevivir a esa semana de convivencia y a los conflictos que en ella afloran; o, en otras palabras, si ese plan de futuro puede ser más fuerte que el propio pasado que el personaje arrastra”.

Tradición y contemporaneidad son protagonistas naturales y casi hasta necesarios de la trama, que pone parte del foco en “si tratar de recuperar o custodiar elementos del pasado que tradicionalmente han cohesionado a la comunidad es un empeño naíf o si, por el contrario, tiene todo el sentido del mundo, a pesar de que en este mundo globalizado sea cada vez más complejo mantener las peculiaridades, las tradiciones”.

Los nuestros propone, así, algunos elementos de reflexión al espectador. “Todos ansiamos en ocasiones comenzar nuestra vida desde cero, desde la casilla de salida; y nuestro origen o la historia de la que provenimos pueden ser algo difícil o incómodo, pero también juegan un papel con el que podemos ser más creativos o tenerle menos miedo. La obra aborda la posibilidad de la conciliación entre aquello con lo que venimos determinados y todo lo que podemos crear de nuevo, de una manera más libre”.

Adicionalmente, Carballal considera que la pieza contribuirá a remozar en el imaginario popular algo que forma parte de nuestra historia. “La tradición sefardí en España es muy desconocida por la mayor parte de la sociedad, que a veces está más familiarizada con la historia de los judíos de otras partes de Europa. La historia de la expulsión en 1492, el exilio y asentamiento de muchas de esas familias en Marruecos y su regreso a España durante el franquismo hace de trasfondo a la obra y emerge en momentos específicos, arrojando luz sobre las lagunas que muchas veces tenemos al respecto”.

Con el estreno de Los nuestros en el Centro Dramático Nacional el 21 de febrero de 2025, será la tercera vez que Carballal dirija un texto propio. “Dirigir supone responsabilizarte de toda la pieza, entendiendo que el texto tiene que dialogar con el resto de los elementos que hacen posible el espectáculo. De alguna manera, este proceso democratiza el papel del texto y como directora me obliga a desarrollar una visión más espacial y escénica en la que me siento más libre y me permite comprender más profundamente el hecho teatral”.

La dramaturga comenta que “este proyecto no podía realizarse sin un proceso de investigación, en el que a hice entrevistas a miembros de familias sefardíes y sin conocer la diversidad de esa comunidad en nuestro país. Se trataba de introducirse en un mundo que, aunque por razones personales tenga más cerca que otras personas, ha constituido un auténtico reto y, por tanto, ha requerido también un tiempo de escritura más largo del habitual”.