El jurado ha destacado que Josu Bilbao “pertenece a una nueva generación de artistas cuyos trabajos comparten interés por explorar el dominio que habitamos desde una perspectiva crítica”, y ha valorado su práctica artística configurada “a partir de la observación y diálogo con los materiales y los espacios en los que realiza sus intervenciones escultóricas”.

El artista se licenció en Bellas Artes y realizó un máster de Lingüística y Filología Vasca, formación que “da cuenta de su interés por materiales de dos procedencias: la escultura y la tradición oral”, según el jurado. El galardón también ha reconocido “sus contribuciones al contexto artístico vasco a través de situaciones de acompañamiento a artistas en sus procesos expositivos”. En su trabajo, Bilbao parte del habla y la oralidad persistente en algunas lenguas en extinción, ampliándose y despegándose hacia la escultura como práctica material y sensible que produce espacialidad física y sensorial.

Su proyecto Leonardo explora la forma lingüística vasca (h)un, que se puede traducir como médula, savia, núcleo. El artista considera que el euskera pasa actualmente por un proceso de erosión radical y que ello vivifica la percepción de su singularidad. Así, se pregunta qué vienen a ‘decir’ aquellas de sus formas que han llegado hasta la actualidad. Al amparo de esta noción (h)un, y entendiendo la escultura como vía de acceso a la unión entre los mundos del pensamiento-habla y la materia-energía, el propósito del proyecto es trascender la pérdida y sumergirse en cierta profundidad imaginada de la lengua, desde la que traer a ser aquello que pueda ser compartido hacia una nueva sensibilidad y conciencia.

La obra de Josu Bilbao está presente en la Colección Compartida (Artium, Museo de Bellas Artes Bilbao, Tabakalera). En la actualidad prepara dos exposiciones individuales: en Artium Museoa y en Espai 13 de la Fundación Miró Barcelona, ambas para el 2025.