Isaac Casanovas invita a descubrir un yacimiento “único en Europa” con fósiles que ayudan a comprender el presente
Isaac Casanovas, codirector de las excavaciones del yacimiento de Els Casots (Barcelona), ha presentado esta semana tres actividades de divulgación con el objetivo de dar a conocer el patrimonio paleontológico de este yacimiento “único en Europa”, según el investigador. Un cómic dirigido a público infantil, un folleto turístico-divulgativo con reproducciones de ejemplares a tamaño real y la instalación de una escultura a escala real de uno de los animales prehistóricos descubiertos son las tres iniciativas que se presentan ahora y que pretenden poner en valor el potencial del patrimonio en sí mismo y también para orientar las estrategias de conservación de la biodiversidad ante el cambio climático actual.
27 marzo, 2025
Casanovas es jefe del grupo de investigación Paleoecología y Biocronología en el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont y recibió una Beca Leonardo en Biología, Ciencias del Medioambiente y de la Tierra en 2024. El yacimiento de Els Casots se descubrió en los años 1980 y ya en las primeras excavaciones se extrajo una gran cantidad de fósiles, algunos de especies desconocidas hasta entonces. Sin embargo, a medida que se fueron descubriendo otros yacimientos cercanos, Els Casots fue perdiendo protagonismo hasta que quedó abandonado durante más de 20 años.
En 2018, Casanovas retomó las excavaciones y pronto se dio cuenta de la riqueza que albergaba. “Es muy absorbente”, resume el investigador. “Nosotros excavamos solo durante 15 días cada año, y no es por falta de presupuesto en la excavación. Es por falta de presupuesto en la preparación del material porque, si excavamos más, nos salen demasiados fósiles y no podemos prepararlos ni estudiarlos”.
Un yacimiento excepcional por la calidad y el número de ejemplares preservados
Cada año llegan a extraer unos 400 fósiles, entre los que se encuentran una notable proporción de ejemplares completos —algo “muy raro”, según Casanovas— y, especialmente, un elevado número de mamíferos y de carnívoros, algo aún más excepcional. “De grandes mamíferos hay unas 50 especies, que son diez veces más que las que existen ahora en Cataluña”. El investigador explica que, durante el Mioceno (hace 16 millones de años), Els Casots fue un lago estacional, que probablemente suponía una de las pocas fuentes de agua disponibles en la zona. La comida también era escasa, de modo que, si los animales que llegaban a beber morían en las inmediaciones del lago, quedaban enterrados rápidamente en el lodo, lo que ha favorecido su preservación. Con todo, la blandura del terreno también ha provocado que, a lo largo de millones de años, los huesos se aplasten y gran parte de ellos queden reducidos “al grosor de una pizza”, como ilustra el paleontólogo.
Las iniciativas presentadas ahora constituyen un paso más en la apuesta decidida del Ayuntamiento de Subirats, al que pertenece el yacimiento, y del equipo científico liderado por Casanovas. Els Casots cuenta con algunos paneles explicativos instalados a lo largo de los años, y está abierto a visitas guiadas. Pero, además, “aprovechamos las campañas de excavación para hacer folclore —expone el investigador—. Abrimos el fin de semana para que venga quien quiera y les hacemos un tour explicando los puntos principales. Los domingos, además, ofrecemos un vermut en el centro cívico del pueblo para que la gente nos pregunte en un tono muy informal sobre lo que hacemos”. Los nuevos materiales, esperan, servirán para atraer a un público más amplio hacia el yacimiento también fuera del periodo de excavación.
“En Els Casots hay un patrimonio paleontológico muy importante que la gente no conoce”, afirma Casanovas. Pero, además, el yacimiento tiene un vínculo muy claro con el presente que el investigador cree igualmente importante destacar. El periodo histórico en el que se enmarca el yacimiento corresponde a un periodo de cambio climático que se considera el mejor análogo del pasado para estudiar el impacto potencial del calentamiento global de hoy. Analizar las consecuencias que tuvo aquel cambio climático en los ecosistemas de Els Casots y sus alrededores es, precisamente, el objetivo del proyecto Leonardo de Casanovas, que espera que sus conclusiones sirvan para desarrollar planes de conservación informados por la experiencia del pasado.
Lecciones del pasado para orientar las estrategias de conservación en el presente
“Podemos ir al mundo de hace millones de años y aprender cosas que nos sean de utilidad. ¿Qué tienen en común las especies que mueren durante el cambio climático? Si lo sabemos, podemos orientar las estrategias de protección de la fauna o de los ecosistemas, seleccionando primero las especies más sensibles”, propone. El investigador apunta que en trabajos anteriores a escala europea han observado que los mamíferos pequeños suelen verse más afectados por el cambio climático que otras especies. “Lo bueno de Els Casots es que tiene un registro bastante continuo así que puedes ver cómo va avanzando la película”, y Casanovas confía en el valor de este yacimiento para obtener resultados más precisos.
El paleontólogo constata el éxito de las iniciativas de divulgación en torno al yacimiento. El público, asegura, tiene un gran interés en conocer cómo era el clima y el paisaje de hace millones de años, y el contacto directo con investigadores les permite comprender cómo se alcanzan conclusiones detalladas sobre el aspecto de los animales que vivían entonces y lo que comían. “Tenemos un panel muy bonito que reconstruye todo el paisaje en función de los fósiles de polen: la vegetación del entorno del lago, de la llanura, de la costa… En la costa sabemos que había un manglar porque se ha encontrado polen de manglares, y eso nos indica que el clima era muy cálido”, explica.
Por ello, Casanovas espera que el proyecto de divulgación en Els Casots se potencie hasta el punto de crear un centro de interpretación de modo “que una persona que visite el yacimiento pueda pasar el día entero allí, aprendiendo. y, por otra parte —concluye—, me gustaría que a lo largo de las décadas, el yacimiento haya servido para formar a diversas generaciones de paleontólogos”.