El libro, editado por La Caja Books, ha sido posible gracias a una Beca Leonardo
Guillermo Abril publica ‘El tren’, un viaje periodístico de 13.000 kilómetros con China como eje
El 27 de noviembre ha llegado a librerías El tren, un proyecto Leonardo en el que Guillermo Abril, corresponsal de El País en Pekín, sigue la línea de carga más larga del mundo —con origen en Yiwu, un centro manufacturero cerca de Shanghái, y paradas en ocho países hasta llegar a Madrid—con el objetivo de “explicar una realidad profunda: la creciente influencia de China en el resto del globo”, afirma el autor.
28 noviembre, 2024
La idea de El tren nació porque Guillermo Abril ya había participado en otro proyecto Leonardo, el obtenido en 2015 por el fotógrafo Carlos Spottorno para sumergirse en el fenómeno de la presión migratoria sobre las fronteras norte y este de Europa, en un viaje que llevó a Spottorno y Abril desde África hasta el Ártico. Aquella aventura se tradujo en dos reportajes en El País Semanal, el Premio World Press Photo 2015, el libro La grieta —a medio camino entre el fotolibro y la novela gráfica— y una exposición a cielo abierto en Bilbao. En 2019 Guillermo Abril fijó su atención “en esa línea ferroviaria que constituye una de las infraestructuras de la denominada Nueva Ruta de la Seda y que me parecía un medio singular para explicar una realidad profunda. Este tren es una metáfora de este nuevo mundo, la creciente influencia de China en el resto del globo y la conexión con territorios que se han revelado determinantes en los últimos tiempos, como Rusia, Bielorrusia, Kazajistán…”.
En 2020 obtuvo la Beca Leonardo para llevar a cabo el proyecto, acompañado esta vez por el fotógrafo Samuel Sánchez. La crisis de la covid y el subsiguiente y muy prolongado cierre de la frontera china a los extranjeros convirtió el viaje en una verdadera odisea, de tal forma que Abril tuvo que hacerlo en tres etapas y posponer el recorrido por el interior del gigante asiático hasta el verano de 2023: “Solicité la beca en 2020, siendo redactor de El País Semanal; la obtuve ese mismo año, pero ya siendo corresponsal de El País en Bruselas; y he terminado el proyecto como corresponsal en Pekín”.
El fruto es un volumen en el que el lector encontrará el retrato de “una China que es un país mucho más complejo de lo que parece. Una potencia en auge que busca, mediante relaciones comerciales, implantarse en el espacio que ellos denominan Eurasia. Por eso su gran programa estratégico, lanzado en 2013, es conocido como la Nueva Ruta de la Seda, aunque su nombre oficial sea La Franja y la Ruta. Un año después nació este tren desde Yiwu a Madrid que da nombre y recorrido al libro. En este trayecto se descubre una superpotencia cada vez más consciente de que lo es y de que tiene que figurar como tal en el plano comercial, el económico, el político y el cultural”, apunta Abril.
El viaje recorre España, Francia, Alemania, Polonia, Bielorrusia, Rusia, Kazajistán y China. Y a lo largo de más de 300 páginas toma forma “una crónica periodística de largo aliento que se detiene en los escenarios y personajes más diversos: una fábrica de armas en Azerbaiyán o la factoría alemana de Porsche que sirve a China; una entrevista al primer diagnosticado de covid, que es de origen chino y está en Burdeos; historias como las de los desenterradores de muertos de la batalla de Stalingrado, a quienes Samuel y yo conocimos en la actual Volgogrado… En ese sentido es un reportaje sobre casi todo, porque en él caben también la base espacial rusa de Baikonur —junto a la cual asistimos a un lanzamiento— o una visita al mar de Aral, situado entre Kazajistán y Uzbekistán y desecado en gran parte por las políticas de la Unión Soviética”.
El tren ofrece, precisa el reportero, “un relato a pie de vía, porque a través de las paradas de esta línea y lo que ocurre en ese punto y ese momento concreto, se trenza un análisis de lo que está pasando en el mundo. En eso consiste el periodismo: en contar lo que está pasando sobre el terreno para comprender mejor las grandes fuerzas tectónicas que se mueven por encima. El libro incluye algunas de las fotografías de Samuel Sánchez, con quien ha sido un lujo contar como compañero de viaje”.