Editada por Siruela, la novela es fruto de una Beca Leonardo en Creación Literaria
David Uclés publica ‘La península de las casas vacías’, un relato de la Guerra Civil en clave de realismo mágico
Quince años de trabajo, un proceso exhaustivo de documentación, viajes a un buen número de escenarios reales del conflicto, cuarenta miembros de una familia que se entrecruzan con personajes reales y el realismo mágico como vehículo narrativo. Estos son los ingredientes de La península de las casas vacías, un acercamiento global a la Guerra Civil española desde la ficción, escrito por David Uclés gracias a una Beca Leonardo y que ya está en librerías de la mano de la editorial Siruela.
27 marzo, 2024
La génesis de La península de las casas vacías se remonta a 2009 y a las historias sobre la guerra del 36 que su abuelo le contaba a David Uclés en Quesada, un pueblo de Jaén en la comarca del Alto Guadalquivir. “Decidí entonces que quería escribir algo como Cien años de soledad pero en Iberia, y en particular la historia de la Guerra Civil a través de una familia”, explica. El escritor se tomó el acercamiento a las fuentes históricas “como si se tratara de una tesis doctoral” y reescribió la novela “decenas de veces”. El proceso se podría haber prolongado indefinidamente, pero en 2022 llegó la Beca Leonardo: “Llevaba tres lustros trabajando en el proyecto y en algún momento había que terminarlo, pero me pasaba que quería continuar porque soy muy perfeccionista. La beca hizo posible que no se haya alargado quince años más. Primero, porque me permitió viajar por toda la península y visitar multitud de centros de investigación y de interpretación de la Guerra Civil y de la memoria histórica, y conocer de primera mano lugares sobre los que había escrito. Hice 25.000 kilómetros y 80 ciudades en solo diez meses. Segundo, porque durante todo un año me pude dedicar a escribir sin hacer ningún otro trabajo: reescribí el grueso de la novela, de modo que lo que había antes y después de la beca no tiene nada que ver”.
El resultado es una novela que arranca en los últimos días de la República y termina con el exilio y en la que los miembros de la familia protagonista se entrecruzan con Unamuno, Orwell, Bernanos, Rodoreda, Machado, Picasso, Azaña, Franco, Zambrano, Capa… ¿Por qué el realismo mágico? “Me gusta mucho observar algo y devolverlo luego al papel, pero invirtiendo su lógica. En el caso de la Guerra Civil proporciona un acercamiento diferente a un tema que se ha tratado mucho en la ficción, pero desde una ficción realista. Abordar el conflicto desde un cierto surrealismo puede hacerlo más atractivo y volver a hacer presente un tema cuyas heridas aún no están del todo cerradas”, señala.
El equilibrio entre realidad y ficción
Uclés sostiene que en esta obra “deconstruyo la historia y la vuelvo a ensamblar en realismo mágico” con referentes como “García Márquez y su capacidad de contar la forja de su país a través de la historia de una familia; el humor y esa ironía tendente al absurdo de José Luis Cuerda, que hacen que la lectura de La península… sea más amena; los lienzos surrealistas y llenos de colorido de Maruja Mallo; o el relato de la guerra a través de los ojos de un niño que hizo Günter Grass, aunque en mi caso los personajes son menos trágicos, más tiernos”. Y aclara que “cuando digo que deconstruyo la historia no es que me la invente: el lector encontrará un relato fiel a lo que los historiadores consideran que ocurrió durante aquellos años. El realismo mágico afecta no al contenido, sino a la forma, a las descripciones o a las acciones de los personajes ficticios. En la novela mis personajes conviven con personas reales y duermen con Capa, van a la batalla con Yagüe, o incluso surge un diálogo inventado entre María Zambrano y Antonio Machado. Juego con los personajes reales a través de los ficticios y modifico un poco su camino, pero sin perturbarlo, con el fin de hacer un juego narrativo simpático”.
Para proporcionar un relato fiel, “aprovecho que la familia protagonista tiene más de 40 miembros y los sitúo en distintos lugares para mostrar a través de sus ojos el bombardeo de Guernica, la masacre de la Plaza de Badajoz, la desbandada que hubo desde Málaga hasta Almería, las principales batallas…”, explica Uclés. A la vez, se apoya en distintos recursos que realzan la libertad creativa de la ficción: “Como narrador a veces hablo con los personajes: por ejemplo, lo hago con Franco ante una pintura del Greco después de que rompa el asedio al Alcázar de Toledo. O rompo la cuarta pared y hablo con el lector directamente y, por ejemplo, le sugiero algún tema musical con el que el capítulo probablemente le llegue de otra manera. También incluyo movimientos de ajedrez que el lector puede reproducir y que constituyen una partida diseñada por Franco para eliminar a los enemigos que tiene en su propio bando. Evito innovar por innovar: todos esos recursos pretenden que la novela sea más amena, incluido el hecho de que casi ningún capítulo tenga más de 3 páginas”.
El escritor hace hincapié en que “el primer objetivo de La península de las casas vacías es que el lector se evada: que entre en un mundo que le va a resultar familiar, por la guerra, pero que, gracias al realismo mágico, también le sea diferente y le permita evadirse de su día a día. También me gustaría que viajara: la Beca Leonardo me ha permitido vivir en puntos muy diferentes de la península y el material visual, de costumbres y de anécdotas que he ido recabando trato de entregárselo condensado”.
Finalmente, le gustaría “reavivar la curiosidad sobre un conflicto que fue poliédrico y sobre el que tengo la impresión de que mi generación sabe muy poco y la anterior tiene, en ocasiones, una percepción muy fija, poco abierta a la indagación posterior y los tonos grises que esta proporciona”.