BIOGRAFÍA
María Moreno Llácer (Valencia, 1984) es investigadora contratada Ramón y Cajal en el Instituto de Física Corpuscular (IFIC, CSIC-UV). Nada más licenciarse en Física por la Universidad de Valencia, tuvo la oportunidad de participar en el programa de estudiantes del CERN, una experiencia transformadora que le impulsó a dedicarse a la física de partículas. Tras obtener su doctorado por la misma universidad, vinculada al IFIC (CSIC-UV), inició su etapa posdoctoral en la Universidad de Goettingen (Alemania), y posteriormente en el CERN, donde su investigación se centró en las interacciones entre el bosón de Higgs y el quark top, la partícula elemental más masiva. Ahora, tras regresar en 2019 al IFIC, Moreno ha obtenido la Beca Leonardo para continuar desentrañando los componentes fundamentales de la materia, con datos obtenidos en el gran acelerador del CERN.
PROYECTO
El proyecto de Moreno explorará ciertas anomalías observadas en los últimos años que aparentemente contradicen el Modelo Estándar, el armazón teórico en el que se basa la física de partículas elementales. En concreto, su objetivo es comprobar la validez de una predicción del Modelo Estándar sobre el comportamiento de las partículas denominadas leptones. Según explica Moreno, “la teoría afirma que los llamados bosones W y Z –las partículas mediadoras de la interacción débil, una de las cuatro interacciones fundamentales de la naturaleza– siempre interactúan de la misma manera con todos los leptones, independientemente de su masa”. Sin embargo, recientemente se han observado algunos indicios que cuestionan esta llamada “universalidad leptónica” en los experimentos realizados en el CERN y otros laboratorios.
“Si estas anomalías se confirman”, señala Moreno, “habría que revisar o extender el Modelo Estándar. Quizás esto implique la existencia de nuevas partículas desconocidas hasta ahora”. El proyecto de esta Beca Leonardo, por lo tanto, podría poner en cuestión algunos aspectos fundamentales de la teoría actual con la que trabajan los físicos de partículas y para Moreno esto “sería un gran avance en el conocimiento de la estructura fundamental de la materia, demostrando que su comportamiento no es como asumíamos hasta ahora”.
A la investigadora le motiva sobre todo la posibilidad de contribuir a nuevos descubrimientos que permitan “avanzar en las respuestas a cuestiones fundamentales que se ha planteado desde siempre la humanidad”, aunque a la vez recuerda que este tipo de investigaciones en ciencia básica puede sembrar las semillas de futuros avances tecnológicos que hoy todavía son impredecibles: “Hoy no se pueden prever sus aplicaciones, pero aunque tarden tiempo, la historia de la ciencia ha demostrado que al final siempre llegan. No olvidemos que el desarrollo de los aceleradores de partículas, por ejemplo, ha acabado teniendo aplicaciones médicas en el diagnóstico y tratamiento del cáncer”.