BIOGRAFÍA
Pelayo García de Arquer (Oviedo, 1985) es jefe de Grupo de Investigación en el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO). Tras licenciarse en Ingenería de Telecomunicaciones por la Universidad de Oviedo y, posteriormente, en Matemáticas por la UNED, obtuvo el doctorado en Fotónica por la Universitat Politécnica de Catalunya. Inició su carrera investigadora en KU Leuven (Lovaina, Bélgica) y posteriormente realizó una estancia postdoctoral en la Universidad de Toronto. Actualmente, su investigación en ICFO se centra en la captura y conversión de CO2 en productos de valor añadido utilizando energías renovables.
PROYECTO
Generar hidrógeno limpio, así como obtener combustibles y materiales para uso industrial a través de la captura y transformación del CO2 de la atmósfera es el objetivo del proyecto DASOL (Descubrimiento Acelerado de catalizadores en SOLución) por el que García de Arquer ha recibido la Beca Leonardo. El investigador busca desarrollar nuevos catalizadores que mejoren la eficiencia energética de tecnologías emergentes con un gran potencial de descarbonización, que suponga una ruta hacia economías sostenibles.
Actualmente, la eficiencia energética de las técnicas que existen para reciclar el CO2 a través de su conversión en productos con valor industrial es insuficiente para asegurar su viabilidad económica, por lo que DASOL se centra en el desarrollo de sistemas más eficientes. “En este proyecto exploramos un enfoque novedoso para descubrir nuevos catalizadores, que sean extrapolables a gran escala y que empleen técnicas de cribado de alto rendimiento para explorar muchas combinaciones de manera muy rápida. Para ello, proponemos utilizar técnicas basadas en machine learning e inteligencia artificial. Esto puede ser importante para hacer hidrógeno verde más económico, o transformar CO2 en gasolinas, alcoholes, ropas, materiales para la construcción…”, explica el investigador.
El trabajo que ha desarrollado a lo largo de su carrera ha contribuido, además, al avance de tecnologías que permiten aprovechar el dióxido de carbono para el desarrollo de celdas solares más flexibles y fuentes de luz más brillantes. “El gran reto que hay que resolver ahora mismo es que la energía renovable es intermitente, y para que se pueda utilizar es muy importante almacenarla y tenerla disponible”, señala. “Dependemos de los combustibles fósiles, pero tenemos los ingredientes para hacer nuestra propia energía. Tener soberanía energética es un vehículo para combatir el calentamiento global y el agotamiento de los recursos, y a la vez cambiar el mapa geopolítico y sólo depender de nosotros mismos”.