BIOGRAFÍA
Eduardo Gil Santos (Lugo, 1984) es investigador postdoctoral en el Instituto de Micro y Nanotecnología, del CSIC (Madrid). En su tesis −en la Universidad Autónoma de Madrid, en 2012− desarrolló nuevos sensores micro y nanomecánicos para aplicaciones biológicas. En 2013 se unió al Laboratorio de Materiales y Fenómenos Cuánticos (Universidad Paris Diderot, Francia), donde trabajó en sensores optomecánicos. En 2016 regresó al Laboratorio de Bionanomecánica con una beca europea Marie Sklodowska-Curie. Fue el investigador principal de un proyecto que aplicó, por primera vez, los resonadores optomecánicos como sensores biológicos, y estableció una técnica completamente novedosa: la espectroscopía mecánica de microentidades biológicas. Esta técnica, patentada en 2018, es la base del proyecto. Consiste en detectar e identificar microentidades biológicas a partir de la detección de sus resonancias mecánicas.
PROYECTO
Este proyecto busca desarrollar un dispositivo para detectar el coronavirus causante de la COVID-19 en el aliento de forma rápida, fiable y barata, con una tecnología patentada hace dos años y que hasta ahora ha demostrado su potencial con bacterias. En este proyecto probará su eficacia con virus. La detección en sí se basa en que todos los cuerpos vibran, con una frecuencia medible con altísima precisión mediante sensores optomecánicos. Las características de esa vibración son propias para cada tipo de cuerpo, de forma que constituyen una huella única. Los virus son unas diez veces más pequeños que las bacterias por lo que vibran unas diez veces más rápido, superando las miles de millones de oscilaciones por segundo, pero, según las simulaciones llevadas a cabo por el autor, están dentro del rango de lo detectable por la nueva técnica.