BIOGRAFÍA
Domingo Carlos Salazar García (Valencia, 1981), es Ikerbasque Research Fellow en el Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad del País Vasco, así como investigador asociado en el Instituto Max Planck de Evolución Humana (Leipzig, Alemania) y Honorary Research Affiliate en la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Licenciado en Medicina e Historia, trabaja en el campo de la arqueología biomolecular reconstruyendo la dieta y movilidad territorial de poblaciones prehistóricas mediante técnicas biogeoquímicas. Ha realizado estancias de investigación en Canadá, Reino Unido y Alemania.
PROYECTO
El objetivo es obtener información sobre las pautas alimentarias y los patrones de movilidad territorial de distintos individuos y poblaciones de la península Ibérica desde el Paleolítico medio hasta el Neolítico. El estudio ha observado la evolución entre neandertales y primeros humanos anatómicamente modernos, y entre los últimos grupos cazadoresrecolectores y las primeras comunidades agricologanaderas. Los resultados, publicados en revistas internacionales, han determinado que los análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno en especímenes neandertales los sitúan como grandes depredadores que basaban su dieta proteica en el consumo de animales terrestres. En contraste a esto, el estudio de los humanos del Paleolítico superior ha constatado gran consumo de proteínas marinas de forma regular en su dieta, demostrando el grado de flexibilidad en la especialización alimentaria que presenta nuestra especie con respecto a los neandertales.
RESULTADOS
Los resultados del proyecto son muy interesantes, sobretodo respecto a la alimentación de poblaciones prehistóricas que habitaron la Península Ibérica, principalmente las de la fachada mediterránea y su hinterland. Varias publicaciones en revistas internacionales con parte de estos resultados han salido ya a la luz. Los análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno en especímenes neandertales los sitúan como grandes depredadores que basaban su dieta proteica en el consumo de animales terrestres. Estos resultados confirman la rigidez trófica alimentaria observada en neandertales de latitudes más septentrionales, aunque con matices.
En contraste a esto, el estudio de los humanos del Paleolítico superior ha constatado gran consumo de proteínas marinas de forma regular en su dieta, demostrando el grado de flexibilidad en la especialización alimentaria que presenta nuestra especie con respecto a los neandertales. En referencia a la dieta de las últimas poblaciones cazadoras-recolectoras y las primeras agrícolo- ganaderas, la de ambas está basada en recursos terrestres C3. No obstante, tanto durante el Mesolítico como el Neolítico Antiguo y Medio se detecta el consumo de pequeñas cantidades de recursos alimentarios marinos, para luego desaparecer con la consolidación del Neolítico. A su vez, se aprecia una ligera introducción de recursos C4 en la dieta humana a partir del Neolítico Final/Calcolítico en algunos yacimientos.