BIOGRAFÍA
Diego del Pozo Barriuso (Valladolid, 1974) es artista y productor cultural, además de doctor en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. También es miembro de los colectivos artísticos como C.A.S.I.T.A., Subtramas y Declinación Magnética. Entre sus exposiciones individuales destacan las realizadas en la X Bienal Centroamericana en San José, Costa Rica y Managua, Nicaragua en la temporada 2016-2017, la Diputación de Huesca en 2012, en el Centro de Arte Contemporáneo de Caja Burgos en 2011 y en el Espacio Contemporáneo Archivo de Toledo en 2009. También ha expuesto en diversos centros de arte como la Casa Encendida de Madrid y ha participado en programas de museos como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid o el Centro Pompidou de París.
PROYECTO
El proyecto Hate, Hate, Hate tiene como objetivo abordar las formas afectivas en la actualidad y la cuestión del odio desde una perspectiva económica, por contraposición al relato oficial que lo centra en una cuestión psicológica. A partir del análisis de grabaciones de agresiones ocurridas en diversos contextos occidentales de los últimos años que ha recopilado en Internet, la mayoría grabados con dispositivos móviles y difundidos en medios o redes sociales, el proyecto se materializará en la producción de una serie de videos y piezas tridimensionales táctiles realizadas a partir de las recreaciones de dichas grabaciones. El principal propósito de este trabajo es producir conocimiento sobre las “economías afectivas” del odio, aquellas políticas invisibles dirigidas a producir o intensificar odio hacia unos determinados sujetos o colectivos.
RESULTADOS
El resultado de este proyecto se materializó finalmente bajo el título de “OÍDO ODIO”, una muestra presentada en La Madraza Centro de Cultura Contemporánea (Universidad de Granada), entre el 22 de abril y el 17 de junio de 2022.
OÍDO ODIO se materializa en una pieza central, la película del mismo nombre, así como diversas series de dibujos e instalaciones configuradas por piezas escultóricas táctiles. Todas las producciones se han realizado a partir recreaciones y experimentaciones de algunas agresiones o crímenes por odio. El artista ha explicado que “se trata de agresiones que han ocurrido en diversos contextos occidentales en los últimos años, que trascendieron públicamente gracias a la distribución masiva en internet o en los medios de comunicación, a través de videos que habían registrado en estos sucesos, o bien de animaciones hechas específicamente sobre los mismos”.
“La economía del odio es circular: a más circulación más valor y capacidad de afectar para modificar cuerpos, ambientes, tiempos, espacios”, se explica en la presentación de la exposición. Por eso, las piezas de la exposición lo que hacen es “abordar la potencia de la imaginación en torno a pensar otras formas de convivir”, concluye el artista.
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