BIOGRAFÍA
Dan Casas Guix (Igualada, 1985) es ingeniero informático por la Universidad Autónoma de Barcelona. El proyecto final de carrera lo hizo en Carnegie Mellon University (Pittsburgh, Estados Unidos), donde comenzó a trabajar en investigación y visión por ordenador. En 2014 se doctoró en Gráficos por Computador en la Universidad de Surrey (Reino Unido), con una tesis sobre la construcción de avatares virtuales. Hizo una investigación postdoctoral en la Universidad del Sur de California (Estados Unidos) sobre la digitalización de humanos, y continuó con ello en otro postdoctoral en el Instituto Max Planck de Informática de Alemania. En 2016, gracias a una beca Marie Curie, se incorporó a la Universidad Rey Juan Carlos, donde desde 2018 es profesor ayudante doctor.
PROYECTO
La digitalización de personas a través de Avatares Digitales 3D promete aplicaciones como asistir de manera inmersiva a reuniones en remoto, probarnos ropa virtual, o hablar de manera natural con nuestro médico desde el sofá de casa, todas ellas especialmente relevantes en tiempos de COVID19 y posteriores. Sin embargo, la tecnología actual para crear una representación tridimensial de una persona en el ordenador supone un proceso muy costoso, donde hay que emplear muchas cámaras muy caras. “El objetivo de este proyecto es conseguirlo utilizando sólo fotografías o vídeos que se hagan con el móvil o con la webcam, lo que permitiría a la gente tener su avatar en pocos minutos”, señala el investigador.
Empleando técnicas de visión por computador y aprendizaje automático, Casas quiere entrenar al ordenador para que pueda interpretar la tridimensionalidad a partir de una imagen plana. “Estas técnicas capturan las imágenes y al ordenador le das unos objetivos sobre qué hacer con ellas y unas pautas sobre cómo conseguirlo. Con el aprendizaje automático, el ordenador va aprendiendo a hacer lo que tú le mandas siguiendo esas pautas”, explica Casas.
“En imagen y voz está casi todo hecho, pero en 3D y entornos virtuales aún queda mucho por hacer. Hoy hay un boom de videollamadas, pero en 10 años va a ser diferente. Si queremos enriquecer más la comunicación necesitamos no sólo tener la voz o la imagen desde un solo punto de vista, sino una representación completa de uno mismo”, añade.