BIOGRAFÍA
Ana Ortega Molina (Madrid, 1983) comenzó su andadura científica en el laboratorio del Dr. Manuel Serrano del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), un referente internacional en cáncer y envejecimiento. En 2012, realizó su postdoctorado en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, donde se unió al equipo del Dr. Hans-Guido Wendel, y profundizó sobre el estudio de los linfomas más agresivos. En 2016, en el laboratorio del Dr. Alejo Efeyan (CNIO), estudió el papel de las proteínas RagC en el desarrollo y patogénesis del linfoma folicular. En septiembre de 2021, gracias a un Contrato Ramón y Cajal estableció su propio grupo de investigación en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, donde estudia la fisiopatología de las células B y cómo pueden afectar al desarrollo de linfomas, envejecimiento y enfermedades autoinmunes.
PROYECTO
Esta investigación pretende encontrar nuevas terapias dirigidas que hagan que los linfomas difusos de alto grado, como los linfomas B agresivos, hoy sin cura, se vuelvan visibles para el sistema inmune y sean más sensibles al tratamiento con inmunoterapia. El linfoma difuso de células B grandes (DLBCL, por sus siglas en inglés) es la neoplasia linfoide maligna más común en adultos. Representa casi el 30% de todos los casos de linfoma no Hodgkin e incluye un grupo heterogéneo de tumores con distintos subtipos que difieren en alteraciones genéticas, resultado clínico, respuesta a tratamiento y pronóstico. Esta heterogeneidad actualmente presenta una barrera para el desarrollo de nuevas terapias dirigidas. El objetivo de este proyecto es abrir nuevas oportunidades para tratarlos.